“Para la dedicación del muro de Jerusalén, buscaron a los levitas de todos sus lugares para traerlos a Jerusalén, para hacer la dedicación y la fiesta con alabanzas y con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras.” Nehemias 12:27 (RV60)
La dedicación no es un acto religioso, sino un acto a través del cual reconocemos y damos honor a Dios por las bendiciones recibidas de Él, donde reconocemos Su fidelidad, e implica gran gozo y celebración por nuestra parte. Allí damos testimonio a todos los que nos rodean sobre la bondad de Dios y fidelidad. Que nuestro gozo revele la mano de Dios en cada uno de nuestros triunfos. Nuestra vida cristiana es un caminar diario con metas que nos van llevando al gran propósito de Dios para cada uno. En la medida que vayamos avanzando, debemos celebrar estos logros y gozarnos porque estamos experimentando lo que dice la Palabra que vamos en aumento hasta que el día es perfecto (Proverbios 4:18). ¿Alguien piensa todavía que ser cristiano es aburrido? Para nada, esto es una aventura, donde pasamos por tormentas y dificultades que nos llevan a ver el cuidado de Dios y Su gran amor, para luego disfrutar los tiempos de refrigerio en delicados pastos, con la certeza que en Él estamos seguros.
Oración
Señor, quiero cada día celebrar la nueva oportunidad de avanzar hacia las metas en mi caminar hacia Tu propósito para mi vida. Quiero celebrar los logros que alcanzo en Ti, los avances espirituales, pues se que lo que iniciaste en mí no lo dejarás hasta que me hayas perfeccionado. ¡Gracias por Tu bondad, misericordia y fidelidad, amén!