Educación

Celebrando el Éxito de Rosalía De Paula Rodríguez. Graduada con Honores en la Universidad Nacional Evangélica (UNEV)

Hoy es un día de celebración y reconocimiento para todos nosotros, pero especialmente para una joven excepcional que ha demostrado dedicación, perseverancia y excelencia académica. Con gran orgullo y admiración, quiero presentarles a Rosalía De Paula Rodríguez, quien el pasado 13 de junio culminó su trayecto universitario en la Universidad Nacional Evangélica,con los más altos honores.

Rosalía no solo ha destacado por su brillante desempeño académico, sino también por su profundo compromiso con los valores éticos y morales que caracterizan nuestra comunidad universitaria. A lo largo de su carrera, ha demostrado una capacidad excepcional para enfrentar desafíos, superar obstáculos y siempre mantener una actitud inspiradora hacia el aprendizaje y el crecimiento personal.

Hoy, al presentarla como graduanda de los más altos honores, reconocemos no solo sus logros académicos sobresalientes, sino también su influencia positiva en sus compañeros y en la comunidad universitaria en general. Rosalía, tu dedicación y esfuerzo son un ejemplo para todos nosotros, y estamos seguros de que tus logros marcarán un camino de éxito y contribución significativa en tu futura carrera profesional.

Por todo ello, es un honor compartir este momento con Rosalía De Paula Rodríguez y felicitarla por alcanzar este importante hito en su vida académica.

Discurso de Rosalía
Bendiciones a todos los presentes, mi deseo en esta mañana es que la Paz de nuestro señor
Jesucristo sea con todos ustedes, para empezar, quisiera extender un afable y caluroso saludo a
nuestras autoridades, las cuales nos honran con su presencia.

1. Honorable Ing. Bernabé Mañón Rossi, presidente de la Fundación Evangélica Universitaria
(FEU).
2. Honorable Dr. Juan Guerrero Ávila, Rector de la Universidad Nacional Evangélica
3. Honorable Dra. Cándida Jáquez Lebrón, Vicerrectora Académica.
4. Honorable Ing. Epifanio González Minaya, Vicerrector Administrativo.
5. Honorable Dr. Cesar López Cabrera, Vicerrector de Investigación, Innovación y Postgrado.
6. Honorable, Dra. Johanny Rodríguez, directora Recinto Santiago

Asimismo, a los Decanos, directores de Recintos, Coordinadores de Escuelas, Docentes y por supuesto a
mis colegas graduados y nuestros apreciados familiares y amigos que hoy nos acompañan en este
prodigioso día, a todos, gracias por estar aquí acompañando a quienes hoy culminamos este meritorio
trayecto universitario.

Debo confesarles que estar delante de ustedes el día de hoy no es sencillo para mí, créanme, no es fácil
transmitir en pocas palabras la emoción que compartimos en este momento de nuestras vidas que es
tan único e irrepetible y trae consigo un sinfín de experiencias, vivencias y lecciones aprendidas. Siendo
honesta no sabía qué decir ni por dónde empezar, una vez pasada la sensación de honor y alegría de
saber que diría estas palabras, pensamientos intrusivos de derrota y fracaso inundaron mi cabeza: ¿Y si
fallo? ¿Y si pronunció mal una palabra? ¿Y si hablo demasiado? Tal vez se preguntarán por qué
comparto esto el día de hoy, tal vez esto no está sonando como un discurso típico de graduación, pero,
la verdad es que casi nunca hablamos de este sentimiento, de esta emoción que en la mayoría de
ocasiones nos acompaña: El miedo.

Sí, ese que pretendemos ocultar, de ese que nos avergonzamos y demostramos que no sentimos al
pretender ser perfectos, pero olvidamos que una de las cosas que nos hace humanos son los errores y el
miedo que casi siempre llega como su acompañante, cómplice o aliado, ese que es la respuesta a la
pregunta ¿A qué le tienes miedo? En mi caso, les presento al que fue mi enemigo durante toda mi
trayectoria universitaria: El miedo al fracaso.

Les pregunto, ¿Alguna vez se han privado de exponerse a alguna situación por miedo a fracasar? A lo
largo de mi vida crecí pensando que debía caminar sin torcerme, sin equivocarme y sin caerme, me
Me negaba a enfrentar al miedo, a aceptar que es parte de mis mecanismos de defensa, pero,
afortunadamente en estos años como Uneviana aprendí que el miedo no se irá, pero sí se puede
transformar, es así como abracé la valentía. Ya mi vida no sería conducida solo por el miedo y sus
compañeros sino también con una nueva aliada, la valentía me enseñó que puedo escuchar las
advertencias que el miedo tenga para mí y con estas estar lo mejor preparada posible para lo que pueda
ocurrir pero no debe paralizarse por ellas, la palabra de Dios dice en el libro de Josué capítulo 1 verso 9:

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará
contigo a dondequiera que vayas.

Es curioso como la frase ´´no temas o no tengas miedo´´ aparece más de 100 veces en la biblia, pareciera
como si Dios insistiera en darnos un mensaje para que no lo olvidemos y que esté siempre en nuestras
mentes y corazones: Reconocer que el miedo existe, pero no debemos detenernos por él sino avanzar
sobre él.

Me gustaría decirles que al salir de aquí como profesionales todo será color de rosa, lleno de altas y
aciertos, pero la verdad es que no lo será. Tendremos retos, tropiezos y caídas, probablemente al
caernos no queramos levantarnos o no queramos volver a intentarlo, quizás el miedo inunde nuestras
cabezas y nos haga pensar que no vale la pena, pero recordemos que no solo son los aciertos los que
forman el carácter y los que generan aprendizajes, sino también los errores, los tropiezos y las caídas.
Tú que me escuchas tienes un poder transformador, puedes convertir un error en un aprendizaje, la
caída en una lección y el ´´fracaso´´ en una excusa para volver a intentarlo con lo que ya aprendiste.
Ya hemos llegado hasta aquí, hemos superado distintos obstáculos tales como enfermedades, pérdidas
humanas y materiales, dificultades económicas, abandono o falta de apoyo, hemos experimentado
distintas emociones favorables y desfavorables, hemos vivido muchas situaciones que nos ponen a
prueba, si eso no es evidencia de que podemos vencer el miedo no sé qué sea.

Queridos compañeros y compañeras, no olvidemos nuestro compromiso con la sociedad, no dejemos de
lado nuestra sensibilidad sin importar la carrera de la cual te gradúas, Carl Jung dijo una vez: conozca
todas las teorías, domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana, sea apenas otra alma
humana”. Asumamos este reto con responsabilidad y ética sin sacrificar nuestra esencia y valores.
Yo, solo soy una representante de ustedes, soy el resultado de lo que ustedes de forma directa o
indirectamente aportaron en mí, es por eso que quiero dar las gracias, primero a Dios por proveerme de
salud, sabiduría y personas trascendentales en mi camino, a mis padres, Cleto De Paula y Juana
Rodríguez los cuales me apoyaron de forma incondicional y fueron un soporte fundamental en todo este
tiempo, a mis hermanos Rosa Alba y Joan De Paula por siempre confiar en mí y celebrar mis logros, a mis
maestros por brindarme el pan de la enseñanza con dedicación y esmero y por último pero no menos
importante, a cada una y cada uno de mis compañeros por ser un sostén vital en este proceso, a todos,
gracias por las experiencias vividas que hoy me hacen ser quién soy.

Para finalizar quiero compartirles un pasaje bíblico que se encuentra en Jeremías 29:11, Porque yo sé los
pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros
el fin que esperáis.

No permitamos que el miedo ahogue nuestra capacidad de soñar, de crear, de inspirar, sobre todo de
creer, creer en que podemos labrar nuestro camino, dejando huellas para que otros puedan transitar por Compañeros y compañera, ¡Lo logramos! ¡Lo mejor está por venir!
Muchas gracias.

Fuente:
TPD

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