“Cantad a Dios, cantad; cantad a nuestro Rey, cantad; porque Dios es el Rey de toda la tierra; cantad con inteligencia”, Salmo 47:6-7.
En estos versículos, el salmista nos convoca cinco veces a cantar a Dios. Hacerlo con alegría, batiendo las manos, con voz de júbilo, con inteligencia. Cantar a Dios es la forma más expresiva de exaltar su soberanía, grandeza y poder. Él se manifiesta en medio de las alabanzas de sus hijos.
El himnólogo dice: “Fácil es cantar cuando reina la paz; pero en el dolor es mejor cantar”. Más allá de la angustia que nos sobrecoge, debemos cantar con gozo a Dios.
Fuente:
Daniel Johnson Benoit