Mateo 6:25-26 LBLA Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? 26. Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?
En el libro de Génesis, Dios cuando termina de trabajar, reposa. Él le pone a Israel lo que debe dejar de hacer en ciertos días, lo cual es reposar, inclusive dejar de preocuparse. Como seres humanos, muchas veces trabajamos día y noche, ya sea porque si no nos despiden, o porque Queremos hacer las cosas muy bien, dejando a un lado buscar de Dios y el verdadero reposo.
Marcos 2:27, 28 Y El les decía: El día de reposo se hizo para el hombre, y no el hombre para el día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.
En nuestra naturaleza humana queremos dominar el reposo, es decir que en algún momento nos podemos sentir confiados, poque quizás tenemos buenos esposos, buenos hijos, buen trabajo y hasta podemos creer que ese es el objetivo del reposo o ese es el reposo, sin embargo esto va más allá.
En el pasaje de Mateo 1: 1-16, encontramos descrita la genealogía del Señor Jesucristo desde
Abraham, que nos muestra siete reposos cada siete generaciones. Es decir que en la genealogía de Jesús se encuentra el camino al verdadero reposo, pues cada personaje significó un reposo a Israel, hasta llegar a Cristo.
- El primer reposo fue Aram
- El segundo reposo David
- El tercer reposo Joram
- El cuarto reposo es Josías
- El quinto reposo es Sadoc
- El sexto reposo es Jesús
- El séptimo reposo es el Cristo
La primera generación de reposo nació de Esrom (rodeado por una pared), quien engendró a Aram (altura, magnífico). Esto nos habla de que es importante que entendamos que no podemos confiar en nuestra mentalidad. No podemos reposar en nuestra actitud, porque en un momento dado caeremos, ya que este no es el verdadero reposo.
El segundo reposo se da con David (amado), quien a su vez engendró a Salomón (pacífico).
David fue profeta, pastor, poeta, un hombre conforme al corazón de Dios, un rey. De David se pueden decir muchas cosas buenas, pero también se descuidó y cayó en pecado. A veces podemos decir: yo predico, yo danzo, yo sirvo, y esas cosas hacen que muchas veces nos sintamos cómodos pero nos puede pasar lo que le pasó a David, por eso no podemos confiar en que teniendo un privilegio estamos bien. No podemos confiar que cuando no tengamos problemas es porque estamos bien.
El tercer reposo es con Josafat (juzga), quien engendró a Joram (Jehová exalta). De Josafat se puede decir que fue un rey piadoso que agradó a Dios todo el tiempo, además de ser muy próspero. Joram siguió los pasos de su papá, pero cometió un error, el hacer alianzas que no le agradaron a Dios. En su comodidad con las alianzas, construyó barcos para ir a traer oro y Dios se los destruyó. Muchas veces sabemos lo que es correcto, pero tomamos decisiones poniendo nuestra esperanza en las cosas de esta tierra. Debemos ser cuidadosos de no poner la mirada en lo material, así como Joram lo hizo con el oro.
El cuarto reposo es con Amón (nutridor, trabajador, habilidoso), quien engendró a Josías (dado del Señor, a quien Jehová sana). Josías tenía una vida casi perfecta, pero se alió con babilonios, y los enemigos de Babilonia lo mataron, por una decisión que tomó, aún siendo un hombre espiritual. Josías se equivocó, se confió en lo que sabía y se le olvidó preguntarle a Dios. Debemos de procurar que lo sobrenatural de Dios esté con nosotros. Si buscamos a Dios, Él nos va a dar grandemente lo que deseamos, es en ese momento que lo que nos parecía materialmente importante, pasa a segundo plano.
El quinto reposo es con Azor (útil, ayudador), quien a su vez engendró a Sadoc, (justo, recto,
limpio). Ni de Azor ni de Sadoc se dice algo en la Biblia, pero algo es seguro: que después de Josías llegó el destierro, por lo que Azor y Sadoc estaban en la cautividad y el destierro.
Debemos tener cuidado del descanso aún en la cautividad. Talvez somos esclavos de algo que nos ata, pero nos conformamos con tener un buen testimonio y descansamos en eso, aun estando en cautividad, perdiendo de nuestro objetivo el verdadero reposo.
El sexto reposo es con José, (Dios agrega), quien a su vez se convierte en padre de Jesús, (Jehová ha salvado)
Y el séptimo reposo, es Cristo (Ungido) Es imprescindible que creamos que Jesús es el reposo, no se trata de cuanto tengamos, porque no encontraremos reposo en lo material. El reposo es Cristo y no hay nadie más.
Salmos 62: 1-2 Al Vencedor: a Jedutún: Salmo de David. En Dios solamente se reposa mi alma;
de él es mi salud. 2. El solamente es mi fuerte, y mi salud; es mi refugio, no resbalaré mucho.
Dios trazó una línea en cada uno de los reposos, como dando a entender que éste no era, hasta que llegó a Cristo que es el verdadero. Debemos examinarnos para saber en qué hemos estado reposando, en que hemos estado confiando. Dios sabe que somos carne, pero a través de Cristo
Él borra nuestros pecados y somos perdonados. Finalmente debemos confiar en Él, en cada una de las áreas de nuestra de vida, porque solo Cristo es el verdadero reposo.