
La vida cristiana no se sostiene en lo que nuestros ojos pueden percibir, sino en la certeza de lo que Dios ha prometido. Andar por fe es decidir avanzar aun cuando el panorama parece incierto, porque sabemos que la fidelidad del Señor es más real que cualquier circunstancia que enfrentemos. Porque por fe andamos, no por vista. 2 Corintios 5-7
El que anda por vista se limita a lo inmediato; el que anda por fe se proyecta hacia lo eterno. Esta manera de vivir exige confianza, obediencia y la humildad de reconocer que Dios ve lo que nosotros no alcanzamos a ver.
Cada paso de fe es un acto de rendición: dejamos de depender de nuestras propias fuerzas para depender del brazo fuerte del Señor. Y aunque muchas veces lo invisible parece inseguro, en realidad es el terreno más firme, porque se sostiene en la palabra inmutable de Dios.
Declaración. No camino por lo que veo, sino por la fe que me guía en Cristo Jesús.
Oración. Señor, enséñame a dar pasos de fe en medio de lo incierto. Que mi vida se mantenga firme, no en lo que perciben mis ojos, sino en la seguridad de Tu palabra y Tu fidelidad.