2 CORINTIOS 4:7-10 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, 8 que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; 10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.
Hemos llegado al séptimo mes del año 2021, ya pasaron los primeros seis meses de este año, y ahora que hemos pasado la primera mitad del año es un buen momento para reflexionar sobre lo que hemos vivido, sobre lo que estamos enfrentando, y como estamos.
Han sido seis meses aun enfrentando una pandemia, enfrentando una nueva normalidad, afectados por crisis en la economía mundial y familiar, atacados por el enemigo por medio del temor, por el desánimo, por la incertidumbre, y es por eso que como lo dice el vs 7: TENEMOS UN TESORO EN VASOS DE BARRO.
REFLEXIÓN: (Vs 7) Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, En todo el 2020 y lo que va de este año hemos podido reconocer que somos vasos de barro, que nos enfermamos, sentimos temor, sentimos miedo, muchas veces nos sentimos angustiados y tristes, y muchas veces nuestro corazón se ha quebrantado porque sentimos que no podemos más, pero si hemos llegado hasta aquí es por EL PODER Y LA MISERICORDIA DE NUESTRO DIOS.
Pero ¿cómo estamos ahora que hemos llegado a la mitad de este año 2021?
I) ESTAMOS ENFRENTANDO TRIBULACIONES, PERO ESTAMOS CONFIANDO EN DIOS (2 CORINTIOS 4:8A) que estamos atribulados en todo, mas no angustiados
Según la psicología la angustia es un sentimiento vinculado a situaciones de desesperación, donde la característica principal es la pérdida de la capacidad de actuar por parte de la persona. Es decir que la angustia nos paraliza no nos permite avanzar, no nos permite tomar decisiones acertadas.
Pero nosotros somos hijos de Dios y no permitimos que la angustia nos paralice, no permitimos que la angustia no nos deje avanzar, pues hemos decidido poner en Dios nuestra confianza y nuestra esperanza (Salmo 56:3) En el día que temo, Yo en ti confío.
Vamos caminando confiados en las promesas de nuestro Dios, no hemos permitido que la angustia domine nuestro corazón porque sabemos a quién le hemos creído (2 Timoteo 1:12) Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
Cuando nos hemos sentido angustiados, cuando hemos sentido que la angustia está tomando control de nuestro corazón hemos clamado al Señor y él nos ha ayudado (Salmo 18:6) En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
II) ESTAMOS EN APUROS, PERO ESTAMOS ESPERANDO EN DIOS (2 CORINTIOS 4:8B) que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados
Según el diccionario un APURO es: Situación comprometida que no se sabe resolver o superar, o en la que no se sabe cómo reaccionar o actuar.
Tenemos que reconocer que si algo nos hace sentirnos desesperados es enfrentar ese tipo de situaciones en las cuales no sabemos qué hacer, en las que no sabemos cómo las podemos resolver y que verdaderamente sentimos que no tenemos la capacidad de enfrentarlas.
Es por eso la palabra de Dios nos dice que podemos estar en apuros, pero no desesperados, no haremos locuras, no correremos a buscar ayuda donde no hay, no vamos a buscar aparentes salidas que al final añaden más tristeza y amargura a nuestra vida.
Nosotros hemos decidido ESPERAR EN DIOS, si no sabemos qué hacer vamos a confiar en nuestro Dios porque él sí sabe lo que tiene que hacer, vamos a esperar y confiar en aquel que tiene todas las respuestas que hoy nosotros no tenemos (Isaías 45:11-12) Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos. 12 Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé.
III) ESTAMOS SIENDO PERSEGUIDOS, PERO ESTAMOS SEGUROS QUE DIOS ESTÁ CON NOSOTROS (2 CORINTIOS 4:9A) perseguidos, mas no desamparados;
En nuestra vida podemos darnos cuenta que el enemigo está detrás de nosotros cada día buscando la forma de hacernos caer, buscando la forma de apartarnos del camino de Dios, buscando la manera de alejarnos de la iglesia y de nuestros ministerios.
La palabra de Dios es clara, ya sabemos quién nos persigue todos los días (1 Pedro 5:8) Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.
Satanás está todos los días siguiéndonos para ponernos tropiezo, usando personas que nos inciten al pecado, usando personas para darnos palabras que nos desanimen, usando personas que con sus actitudes nos roben el gozo y la paz, y poniendo en nuestra mente pensamientos de duda y de temor.
Pero no estamos desamparados, Dios está con nosotros y no permitirá que el enemigo nos tiente más de lo que nosotros podamos resistir (1 Corintios 10:13) No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Aunque el enemigo nos persiga no estamos solos, Dios está con nosotros en los momentos de duda, de temor, de tentación, de desánimo, y cuando lo buscamos a él y nos sometemos a él y no a las artimañas del enemigo, él hará que satanás huya de nosotros (Santiago 4:7) Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Así que no tenemos temor, aunque muchas veces podamos sentirnos rodeados por los problemas, por la tentación, por las dificultades de la vida, sabemos que NO ESTAMOS SOLOS Y NADA NI NADIE NOS PODRÁ SEPARAR DEL AMOR DE NUESTRO DIOS (Romanos 8:38-39) Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
IV) PODEMOS CAER, PERO NO ESTAMOS DERROTADOS NI DESTRUIDOS (2 CORINTIOS 4:9B) perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;
Ninguno de nosotros es exento a las caídas, ninguno de nosotros es exento a cometer errores, ni al desánimo, ni a las malas decisiones, podemos caer, podemos fallar, nos podemos equivocar y desanimar, pero eso no significa que el enemigo nos ha derrotado, porque nuestra victoria no es de nosotros, nuestra victoria viene de nuestro Padre Celestial por medio de Jesucristo (1 Corintios 15:57) Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Si hemos caído, si hemos fallado, tenemos la plena convicción que, aunque todos los demás nos pudieran dar la espalda, nuestro Dios siempre nos dará su mano para levantarnos, él nos sostiene aun cuando hemos caído (Salmo 37:24) Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano.
CONCLUSIÓN: Después de reflexionar en todo lo que hemos enfrentado, en todas las batallas que hasta ahora hemos peleado, en los momentos de dificultad que hemos vivido, solamente podemos decir con agradecimiento: SI DIOS ES POR NOSOTROS, ¿QUIÉN CONTRA NOSOTROS? (Romanos 8:31) ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?