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Aunque Ausente en Cuerpo, Presente en Espíritu. Los desafíos de nuestra Fe en Cristo

COLOSENSES 2:5 Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.

El apóstol Pablo les escribe a los crsitianos de la iglesia en Colosas y les dice que él se sentía gozoso de ver LA FIRMEZA DE SU FE.

Pero ¿Cómo Pablo podía ver la firmeza de la fe de esos cristianos? ¡POR LOS DESAFÍOS QUE HABÍAN ENFRENTADO!.Una fe firme es aquella que ha sido probada, que ha enfrentado dificultades y que ha soportado la adversidad con paciencia.

En nuestra vida cristiana actual también enfrentamos desafíos que ponen a prueba nuestra fe, VEAMOS POR MEDIO DE LA PALABRA DE DIOS CUÁLES SON ALGUNOS DE LOS DESAFÍOS DE NUESTRA FE Y QUE NECESITAMOS PARA SUPERARLOS:

I) PRIMER DESAFÍO: NUESTRAS CIRCUNSTANCIAS

(MARCOS 4:36-38) Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?.

Podemos ver que durante el viaje en el cual iban Jesús y sus discípulos, de repente sus circunstancias cambiaron (Vs 37) Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.

Verdaderamente estaban enfrentando una crisis que les podía costar la vida, pues la tempestad era tan fuerte que llegaron a sentir que iban a perecer.

Nosotros al igual que los discípulos cuando enfrentamos circunstancias difíciles en nuestra vida muchas veces LLEGAMOS A CREER QUE DIOS NO TIENE CUIDADO DE NOSOTROS (Vs 38) Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Ellos llegaron a creer que sus circunstancias eran tan difíciles que ya no había esperanza.

Pero ¿Cómo podemos vencer ese desafío? CONFIANDO EN EL PODER DE NUESTRO DIOS (Marcos 4:39-40) Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo una gran bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?.

Las preguntas de Jesús a sus discípulos eran para hacerlos reflexionar : ¿Por qué estáis así de amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? , estas preguntas significan: NO TENGAN MIEDO, YO  PUEDO CAMBIAR CUALQUIER CIRCUNSTANCIA, YO PUEDO VENCER CUALQUIER DIFICULTAD (Marcos 10:27) Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.

II) SEGUNDO DESAFÍO DE NUESTRA FE: CUANDO LA RESPUESTA A NUESTRAS ORACIONES TARDA EN LLEGAR

(Salmos 69:2-3) Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie; He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado. 3 Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.

En este texto se nos describe a una persona desesperada y sin respuesta, alguien que se siente cansado de orar, de clamar, pero la respuesta no llega de parte de Dios.

Verdaderamente ser paciente es un gran desafío para nuestra fe pues cuando la respuesta no llega nos desesperamos, nos frustramos y nos desanimamos.

¿Cómo podemos vencer este desafío de nuestra fe? CONFIANDO EN LA PROVIDENCIA DE NUESTRO DIOS (Salmos 37:25) Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.

La providencia de Dios es SU CUIDADO CONSTANTE para proveer, ordenar y dirigir todo para bien, aun cuando no hay milagros visibles en nuestra vida . Es Su mano TRABAJANDO DE FORMA SILENCIOSA A FAVOR DE NUESTRA VIDA.

Podemos decir que la paciencia es tener confianza en la providencia. Es CREER QUE DIOS YA ESTÁ TRABAJANDO, AUNQUE NO ENTENDAMOS CÓMO.

Podemos reconocer LA PROVIDENCIA DIVINA todos los días en nuestra vida cuando callamos nuestras murmuraciones, cuando callamos nuestros reclamos, cuando callamos nuestras preguntas y ponemos atención al “SILBO DELICADO” de Dios en nuestras vidas (1 Reyes 19:11-13) Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. 12 Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. 13 Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?.

VERSIÓN TRADUCCIÓN EN LENGUAJE ACTUAL (TLA) Entonces Dios le dijo: Sal afuera de la cueva y párate delante de mí, en la montaña. En ese momento Dios pasó por ahí, y de inmediato sopló un viento fuerte que estremeció la montaña, y las piedras se hicieron pedazos. Pero Dios no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto. Pero Dios tampoco estaba en el terremoto. 12 Después del terremoto hubo un fuego. Pero Dios tampoco estaba en el fuego. Después del fuego SE OYÓ EL RUIDO DELICADO DEL SILENCIO. 13 Cuando Elías lo escuchó, se tapó la cara con su capa, salió y se quedó a la entrada de la cueva. En ese momento Elías escuchó una voz que le preguntó: ¿Qué estás haciendo aquí, Elías?

Quizás tu milagro aún no es visible en tu vida y eso te tiene desesperado, angustiado o desanimado, pero si pones atención podrás reconocer EL RUIDO DELICADO DEL SILENCIO DE DIOS, es decir, cada pequeño detalle, cada pequeño milagro que TODOS LOS DÍAS el Señor hace en tu vida.

CONCLUSIÓN: Pablo gozaba de la fe firme de los colosenses porque esa fe había sido probada y había resistido. Hoy también nosotros enfrentamos circunstancias difíciles y oraciones que parecen no tener respuesta, pero no estamos solos: tenemos el poder de Dios para cambiar lo imposible y la providencia de Dios que ordena cada detalle, aunque no lo veamos. Que nuestra fe se fortalezca cada vez que la tormenta venga y cada vez que parezca que el cielo guarda silencio. Porque aun en el silencio, Dios sigue obrando. ¡No temas! Tu fe está firme porque está puesta en Cristo.

Fuente:
PASTOR OSCAR FLORES | EL SALVADOR

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