Con el nombre de “Jerubbaal”, la inscripción fue hallada en el asa de un frasco dentro del pozo revestido de piedras que la Autoridad de Antigüedades de Israel tiene fijado como parte de sus proyectos de estudio.
“El descubrimiento más emocionante es una inscripción, que es del 1.100 a. C., la época de los jueces”, dijo el arqueólogo Yossy Garfinkel, profesor de arqueología Yigal Yadin de Eretz Israel en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
“Sabemos muy poco sobre este período desde el punto de vista arqueológico y no teníamos ninguna inscripción significativa de este período”, agregó.
El hallazgo marca un hito dentro de la historia en Israel, puesto que no han sido encontradas muchas piezas que hagan referencia al libro de Jueces y la historia de Gedeón y que además sean legibles, como éste, en el que se lee con distintas letras hebreas tal nombre.
“Esta es la primera vez que tenemos una inscripción de la época de los Jueces con un significado. Y en este caso, el mismo nombre aparece tanto en la inscripción como en la tradición bíblica”, detalló Garfinkel.
“Pero, ¿por qué es esto tan importante? Porque era tinta. Y tenemos aquí cinco letras hebreas. Tenemos yod, resh, ayin, bet y lamed. Y cuando lo lees, obtienes el nombre de Yerubaal”, añadió.
Dentro de la Biblia, el libro de Jueces cuenta la historia de Gedeón, quien nombrado así por su padre luego de haber destruido el altar a Baal y luego, derrotó a los madianitas.
Y aunque los expertos no afirman si esta es una clara referencia a Gedeón, Garfinkel dice que es importante dicho hallazgo ya que establece la conexión entre las escrituras y esta realidad existente.
“Hay un debate horrible sobre la historicidad de la tradición bíblica y algunas personas dicen que no hay nada histórico en el texto bíblico. Todo fue escrito en la era helenística, que sería 800 años después de este nivel aquí», explicó Garfinkel.
“Entonces, es una indicación de que hubo recuerdos históricos incrustados en el texto bíblico y que se transmitieron de generación en generación”, continuó explicando.
Otros hallazgos como la cerámica del tiempo del rey David hablan de cómo podría comprobarse que aún quedan restos de la ciudad filistea de Ziklag, de donde David escapó del rey Saúl.
En el lugar, ya hay más de 20 estudiantes investigando y ayudando a las excavaciones como voluntarios, ya que hubo 100 estudiantes extranjeros que no pudieron ir hasta Israel debido a la pandemia.
“Cuando estudias, miras los pequeños detalles y es divertido cuando vas al campo y ves, oh, lo sé y recoges algo y piensas que sé lo que es esto, lo estudié en clase y sé lo que es! ¡Realmente sucedió!”, dijo Akiva Goldenhersh, un estudiante de arqueología de segundo año.
El proceso de confirmación de un hallazgo se hace en secreto y con un grupo muy selecto de expertos que primero leen la Biblia y comprueban según lo que está escrito, la veracidad de la historia de la pieza como tal, así hicieron con la pieza encontrada recientemente.
Los estudiantes creen firmemente que cada hallazgo es una prueba más de que lo que está escrito en la Biblia es verdaderamente real, razón por la cual se sienten satisfechos de participar en dichas obras.
“Garfinkel está haciendo un gran trabajo al demostrar que la Biblia es en realidad una historia histórica y no solo mitología. Creo que se encontrarán muchas más cosas. Creo que ya hay muchos hallazgos, muchas cosas que coinciden con la Biblia más que se dan cuenta”, dijo Ben Tsion Yitschoki, estudiante de arqueología de primer año.