En una transmisión impactante desde la Iglesia El Rey Jesús en Miami, Florida, el Apóstol Guillermo Maldonado, emitió un llamado urgente a la humanidad, instando al arrepentimiento profundo y sincero en estos tiempos de sacudimiento mundial. Basándose en 2 Crónicas 7:14, el apóstol subrayó que la sanación de las naciones depende del reconocimiento de nuestros pecados y de la búsqueda del perdón divino.
Maldonado advirtió que el mundo enfrenta una crisis económica, social y espiritual sin precedentes, y que esta situación es una señal clara de los últimos tiempos. “Dios está sacudiendo todo lo que puede ser sacudido, y solo lo que es de Él permanecerá,” declaró el apóstol. «América no tiene excusa, es un tiempo de gracia en el que debemos humillarnos y volvernos a Dios.» Subrayó que este es un momento crucial para arrepentirse antes de que la oportunidad se cierre.
El mensaje también enfatizó que, a pesar del caos actual, hay esperanza en el horizonte para quienes busquen a Dios de todo corazón. El apóstol habló de una «gloria postrera» y una transformación de riquezas que será revelada para aquellos que se humillen y vivan en obediencia. “Este sacudimiento provocará un gran despertar espiritual y avivamiento. Pero primero, debemos arrepentirnos profundamente, cambiar nuestras mentes y corazones,” explicó Maldonado, citando pasajes como Hechos 3-19 Oseas 5:15 Hechos 17-30- y EFESIOS. 6-14-15-para reforzar su llamado.
Además de advertir sobre las consecuencias de no escuchar este llamado, Maldonado ofreció una visión esperanzadora: el avivamiento que vendrá como resultado del arrepentimiento traerá consigo restauración, tanto espiritual como material. «Dios nos está dando una última oportunidad este fin de año para prepararnos,» afirmó, instando a los creyentes a actuar con urgencia.
El apóstol también destacó que la sanación de nuestras naciones no solo depende de actos divinos, sino también de la responsabilidad personal y colectiva. “Este es un tiempo para cambiar nuestras vidas, para caminar en justicia, y para comprometernos con el bienestar común. Solo así veremos la restauración que tanto anhelamos,” afirmó, conectando el arrepentimiento con la sanación de nuestras tierras.
En este sentido, el apóstol finalizó su mensaje haciendo un llamado a la oración, a la fe y al compromiso activo con Dios. «La luz de Dios brillará en medio de la oscuridad. Este es el momento de volvernos a Él con fe y esperanza, confiando en que cumplirá Su promesa de sanación para nuestras naciones.