Nos preguntamos muchas veces ¿por qué no llega la respuesta? meditamos sobre todo lo que hemos agotado a nuestro alcance: oramos, ayunamos, nos apropiamos de las promesas que hay en la Palabra, sentimos que nuestra fe es suficiente para mover esa circunstancia; pero pasa el tiempo y vemos que nada acontece ni siquiera por sorpresa o de susto, es como si Dios no estuviera escuchando, pero nos sentimos ignorados.
Jehová no se olvidó de nada, ni que algo anda mal con nosotros, sino que debemos entender que su tiempo nada tiene que ver con el nuestro. Él siempre tiene el control de toda situación y da la repuesta en el momento preciso. Estos tiempos tecnológicos nos tienen acostumbrado a la inmediatez, tenemos todo a pedir de boca, los problemas quedan solucionados rápidamente con solo presionar un clip en nuestro celular o tablet y así queremos que Dios actúe.
Amados, debemos ser perseverantes como los antiguos hombres de Dios, su refugio se cobijaba en la oración y la respuesta a su petición no llegaba al momento, tuvieron que esperar mientras se libraba una batalla espiritual, fuertes oposiciones mantenían estancados los propósitos de Dios. Las oraciones tendrán solución de una manera u otra y la cuestión aquí es que no siempre coinciden con la voluntad de Dios. Debemos permitir que Jehová cambie nuestros deseos y los alinee con Su Propósito Eterno, así entenderemos que Su tiempo es perfecto para responder y que siempre nos dará lo mejor. Dios lleno de amor y gracia te bendiga grandemente en este día, Amén.