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Alcanzando restauración

En una ocasión entré en una sala de cirugía acompañando una amiga en el proceso de una cesaría. La sala estaba impecable, por lo cual me colocaron una bata, guantes, tapabocas, me cubrieron el cabello, e incluso me hicieron calzar uno botines. Aunque yo no era la intervenida, debía vestirme apropiadamente. Como mencioné la sala estaba impecable, pero minutos más tarde la sangre ensucio las sabanas blancas y aún el cirujano al aplicar el bisturí salpicó sangre en su blanca vestidura, se desordenó y ensucio el área, pero al final nació la preciosa bebé y continuaron la tarea de saturar y salimos con gran alegría por el éxito del proceso.

Cuando aceptamos a Jesús como el Señor de nuestras vidas y Nuestro Salvador tenemos que estar dispuestos a entrar en el quirófano divino para que El estirpe el pecado (adicciones, pecados y toda iniquidad) de nuestras vidas, somos hechos nuevas criaturas. Es un proceso doloroso y difícil pero sanador, liberador y nuestros ojos son abiertos. La sangre que se derrama es la que Jesús derramó en el calvario que tiene poder para limpiar y sanar.

Después de aceptar a Cristo, vivimos en El. Sin embargo el Espíritu Santo empieza a iluminar esas áreas de debilidad (ansiedad, depresión, amargura, deformaciones del carácter o ese pecado o mal hábito que de continuo cultivamos) que aún necesitan ser extirpadas. ¿Estás dispuesta/o a entrar al quirófano divino y acostarte en la mesa de operación? El Señor está aguardando a que busques perfeccionar tu caminar y vivir verdaderamente libre.

El comienzo del año es un buen tiempo para que el Espíritu Santo examine y te guié a esas áreas que necesitan ser extirpadas. Hoy te animo a dejar que El cirujano del alma, de las emociones estirpe todo aquello que te ha mantenido atado impidiendo que seas usado como un instrumento que acompañes a otros a entrar en la sala de cirugía y recibas el poder del Altísimo. Solo tienes que expresarle al Señor tu deseo de ser transformado.

Señor Jesús te invito a que me sanes y que el Espíritu Santo me guie a reconocer esa área para que tu sangre me limpie y libere, quiero ser un instrumento usado por ti a partir de este nuevo año, para ayudar a otros a entrar en una relación de libertad en Ti gracias por tu amor y dirección. Amén

Fuente:
Fanny Rodríguez

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