
Salmo 107:1-9 “Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre. Que lo digan los redimidos del Señor, a quienes redimió del poder del adversario, a quienes reunió de todos los países, de oriente y de occidente, del norte y del sur. Vagaban perdidos por parajes desiertos, sin dar con el camino a una ciudad habitable. Hambrientos y sedientos, la vida se les iba consumiendo. En su angustia clamaron al Señor, y él los libró de su aflicción. Los llevó por el camino recto hasta llegar a una ciudad habitable. ¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres! ¡Él apaga la sed del sediento, y sacia con lo mejor al hambriento!”
La semana pasada estuvimos hablando sobre el tema de la FE. Ahora seguimos con este hermoso Salmo que nos enseña la importancia de ALABAR A DIOS por Sus MISERICORDIAS en toda circunstancia. Cuando hacemos eso, estamos mostrando nuestra FE en DIOS. Trataremos los siguientes puntos:
¿Quién es sabio? Este Salmo parece haber sido un himno de alabanza, y era parte de la liturgia de alabanza ofrecida en el Templo de Jerusalén por los adoradores.
Es un salmo de alabanza a Dios por los redimidos, los que han experimentado las misericordias de Dios.
Si algo debemos recordar, es que las MISERICORDIAS de Dios son ETERNAS.
Reunidos de las tierras. (Versos 6-7) «En su angustia clamaron al Señor, y él los libró de su aflicción. Los llevó por el camino recto hasta llegar a una ciudad habitable.»
Estos versos nos recuerdan al pueblo de Israel cuando estaban vagando por el desierto rumbo a la Tierra Prometida, y como en cada instante que fueron rebeldes y eran castigados por Dios, recibían el alivio necesario cuando clamaban al SEÑOR.
Veamos DOS significados de estos versos:
El primero es que aquí encontramos indudablemente ayuda física, en lo que cuantas veces el SEÑOR nos ha protegido, y ha traído a la mayoría de los que están presente en esta noche, a esta gran nación, donde muchos han encontrado a JESUCRISTO como Salvador.
¿Cuántas historias podríamos escuchar de protección en medio de terribles peligros, aún sin conocer todavía a JESUCRISTO como Salvador?
Porque Dios está cuidando de los suyos, y de aquellos que Él ya los CONOCE.
El segundo es que también encontramos en estos versos la verdadera CIUDAD, donde todo REDIMIDO espera llegar, y es a las moradas eternas. Eso nos debe recordar a los héroes de la fe, mencionados en hebreos 11:13-16:
«Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad.»
Esa es la esperanza del creyente, que sabe que su morada en la tierra es temporal, pero que su verdadera PATRIA se encuentra en las moradas celestiales.
Afligidos y encadenados. «Por haberse rebelado contra las palabras de Dios, por menospreciar los designios del Altísimo. Los sometió a trabajos forzados; tropezaban, y no había quien los ayudara. En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Los sacó de las sombras tenebrosas y rompió en pedazos sus cadenas. ¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres! ¡Él hace añicos las puertas de bronce y rompe en mil pedazos las barras de hierro! Trastornados por su rebeldía, afligidos por su iniquidad, todo alimento les causaba asco. ¡Llegaron a las puertas mismas de la muerte! En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción.»
Según el tárgum judío, estos versos se refieren al rey Sedequías y a los nobles de Judá en el exilio en Babilonia cuando fueron llevados cautivos en el año.
Nótese que aquí también encontramos alusión a las cadenas del pecado y del pasado, que son por menospreciar los designios del Altísimo como dice nuestro Texto.
Pero eso también nos recuerda que hay tiempos donde uno pasa por el valle de sombra y muerte, donde el peligro nos ha acechado, y la Mano del SEÑOR nos rescata.
(Salmo 23:4) «Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.»
El verso 19 es clave: «En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción.»
La Biblia siempre nos muestra que DIOS quien es MISERICORDIOSO, oye nuestras oraciones.
JESUCRISTO el Sanador. (Versos 20-23) «Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro. ¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres! ¡Que ofrezcan sacrificios de gratitud, y jubilosos proclamen sus obras! Se hicieron a la mar en sus barcos; para comerciar surcaron las muchas aguas.»
Estamos viviendo en un tiempo donde somos testigos de los grandes adelantos de la ciencia, pero, aun así, escuchamos de epidemias, de cáncer, y de todo tipo de enfermedades que acecha al mundo en que vivimos.
Pero es muy claro que aún en la enfermedad más grave, encontramos al MÉDICO Divino, a JESUCRISTO el Sanador. El Salmo 103:3 dice: «Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias»
Las DOS cosas más importantes que el ser humano puede necesitar son: el perdón de los pecados y la sanidad del cuerpo.
Clamaron en la tempestad y los libró. (Versos 23-30) «Se hicieron a la mar en sus barcos; para comerciar surcaron las muchas aguas. Allí, en las aguas profundas, vieron las obras del Señor y sus maravillas. Habló Dios, y se desató un fuerte viento que tanto encrespó las olas que subían a los cielos y bajaban al abismo. Ante el peligro, ellos perdieron el coraje. Como ebrios tropezaban, se tambaleaban; de nada les valía toda su pericia. En su angustia clamaron al Señor, y él los sacó de su aflicción. Cambió la tempestad en suave brisa: se sosegaron las olas del mar. Ante esa calma se alegraron, y Dios los llevó al puerto anhelado.»
Creo que todos los que hemos estado alguna vez en un barco, sabemos del terror ocasionado por una tormenta en la mar.
Pero en nuestros tiempos con los adelantos de la ciencia, ¿qué podemos decir de los aviones? Es tan común dar un viaje en avión, que lo que tomaba antes días o semanas, se hace ahora en solamente horas.
Es ahí, donde leemos el Texto Sagrado: «En su angustia clamaron al Señor, y él los sacó de su aflicción.» (v. 28).
Pero no debemos olvidar de las pruebas en esta vida que pueden compararse a un mar embravecido. El gran predicador del siglo 19 Charles Spurgeon nos deja algunos ejemplos:
Dios recibe noticias con más frecuencia de las personas afligidas que de las que se hallan en bienestar, tranquilas y fuera de peligro.
El hijo pródigo era muy altivo y decidió que no regresaría nunca, hasta que la necesidad le empujó a hacerlo; entonces oyó palabras de amor de su padre.
Agar era orgullosa en la casa de Abraham, pero humilde en el desierto.
Jonás estaba durmiendo en el barco, pero despierto y orando en el interior de la ballena (Jonás 2:1).
Manasés vivía en Jerusalén como un libertino, pero cuando estaba encadenado en Babilonia, su corazón se volvió al Señor (2º Crónicas 33:11, 12).
Las enfermedades corporales forzaron a muchos, según el evangelio, a acudir a Cristo, en tanto que otros que disfrutaban de salud no le reconocieron.
No hay duda de que DIOS es MISERICORDIOSO y es digno de ALABANZA (versos 31-32).
«¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres! 32 ¡Que lo exalten en la asamblea del pueblo! ¡Que lo alaben en el consejo de los ancianos!»
El Sustentador. (Versos 33-42) «Dios convirtió los ríos en desiertos, los manantiales en tierra seca, los fértiles terrenos en tierra salitrosa, por la maldad de sus habitantes. Convirtió el desierto en fuentes de agua, la tierra seca en manantiales; hizo habitar allí a los ambrientos, y ellos fundaron una ciudad habitable. Sembraron campos, plantaron viñedos, obtuvieron abundantes cosechas. Dios los bendijo y se multiplicaron, y no dejó que menguaran sus rebaños. Pero, si merman y son humillados, es por la opresión, la maldad y la aflicción. Dios desdeña a los nobles y los hace vagar por desiertos sin senderos. Pero a los necesitados los saca de su miseria, y hace que sus familias crezcan como rebaños. Los rectos lo verán y se alegrarán, pero todos los impíos serán acallados.»
Estos versos ahora nos muestran a nuestro SEÑOR EL SUSTENTADOR. No importa el trabajo de uno, o de donde uno viene. Aunque estamos viviendo en el país más próspero del mundo, son muchos los que pierden sus empleos o simplemente los salarios no suben al mismo margen de la inflación.
Otros están en esacasez por causa de enfermedad.
Y otros por causa de la falta de documentos legales para poder conseguir un buen empleo.
Pero aquí encontramos en nuestro Texto, como Dios cambia a lo SECO en FÉRTIL. Los redimidos encuentran la MISERICORDIA de Dios y el sostén que necesitan para su diario vivir.
Dios abre puertas que nadie puede cerrar y cierra puertas que nadie puede abrir.
¿Quién es sabio? (Verso 43) «Quien sea sabio, que considere estas cosas y entienda bien el gran amor del Señor.»
Esta es una pregunta para todos nosotros, y con eso, debemos considerar TODO el tiempo, el amor de Dios, y Sus Misericordias que son Eterna.
(Lamentaciones 3:20-23) «El gran amor del Señor nunca se acaba,y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: «El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!»
Para concluir, Dios nos llama en esta noche a recordar SUS MARAVILLAS, y a llamar a aquellos que todavía no se han entregado a JESUCRISTO, al arrepentimiento.