“Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró.” Job 1:20 (RV60)
Después de recibir un sinnúmero de fuertes noticias, que tal vez hubieran podido minar su vida y su relación con Dios, Job se postró y adoró. Él reconoció que lo que pasaba provenía de Dios, no le dio crédito al diablo, sino que glorificó al Señor.
¿Cuál es nuestra actitud cuando experimentamos momentos de intenso dolor, pérdida, fracasos, presión? ¿Reconocemos que Dios está en control y actuamos conforme a lo que sabemos dice Su Palabra de que TODO obra para bien a los que AMAMOS al Señor? ¿O reaccionamos con enojo, depresión, desesperación, queja? La cuestión no es solo saber lo que dice la Palabra, es actuar acorde con Sus verdades, pero para ello deben haberse hecho vida en nosotros, conocer a Dios, Su bondad y misericordia. Todo esto nos ayudará a tener la perspectiva correcta, confiar y actuar de tal forma que Le demos gloria a Él, ¡pues es Merecedor!
Job no entendía lo que estaba pasando, no preguntó por qué le estaba pasando, no le dijo a Dios que era injusto lo que pasaba. Solo confió en el Señor y esa confianza lo llevó a adorarlo. Reflexionemos en nuestras acciones y actitudes, sin importar las circunstancias, solo adoremos a Cristo.
Oración
Señor, que pueda ver cada situación difícil en mi vida como una oportunidad para avanzar y pasar a nuevos niveles en mi relación Contigo. ¡Saber que están en control de todo en mi vida es suficiente! Que cada situación sea una oportunidad para caer rendido a Tus pies adorándote. ¡Amén!
