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A veces la mejor respuesta es el silencio

Confía callado en el Señor y espérale con paciencia; no te irrites a causa del que prospera en su camino, por el hombre que lleva a cabo sus intrigas. Deja la ira y abandona el furor; no te irrites, sólo harías lo malo. Salmos 37:7-8

Muchos están avanzando y siendo promovidos en esta misma hora. En medio de la promoción, ha habido personas que han venido contra ustedes, así como otras circunstancias que les han traído oposición. Sin embargo, escuché al Señor decir:

“Mantengan la paz, porque Yo estoy tratando con todo lo que se ha opuesto a ustedes. Rehúsense a sentirse ofendidos cuando las personas los ataquen, porque no luchan contra carne ni sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo. (Efesios 6:12). Amados, Yo los estoy llamando a tomar el camino más alto. Vístanse de amor, y búsquenme antes de responder a las acusaciones que pueden ser traídas contra ustedes. Proverbios, aconseja: Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él. (Proverbios 26:4). A veces la mejor respuesta es el silencio. Quédense quietos, y permítanme a Mi defenderlos. Inclinen su oído hacia Mí, y Yo los guiaré (Salmo 17:6). No teman, ni se desanimen; bendigan y oren por todos aquellos que son usados rencorosamente y hablan mal de ustedes. Mantengan sus ojos en Mí, y no se permitan estar distraídos o desanimados, por la oposición que están enfrentando. Anímense, amados, porque Yo estoy tratando con todo lo que se les ha opuesto.» (Angie Stolba)

Salmos 37:30 La boca del justo profiere sabiduría y su lengua habla rectitud.

Muchas veces, cuando las personas se ofenden, se les suelta la boca y comienzan a decir cosas que no deberían. Lo que está dentro de nosotros, saldrá cuando nos presionen. El mejor ejemplo que tenemos de una persona que pudo haberse ofendido, pero no lo hizo, es Jesús. Cuando Jesús fue crucificado, colgado en el madero, no comenzó a maldecir a las personas y a emanar amargura. ¿Qué hizo El? Él dijo: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». ¿No es esa la respuesta que todos deberíamos tener? En lugar de hablar mal de las personas, orar en nuestra carne diciendo cosas que no debemos, debemos perdonar y liberar a las personas. Proféticamente, Isaías habló de Jesús como un cordero llevado al matadero, pero Él no abrió su boca. No hubo represalias en la vida de Jesús.

Isaías 53: 7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

DIOS TODO LO VE

Cuando tenga una oportunidad para sentirse ofendido, comprenda que también es una prueba para su carácter. ¿Bendecirá o maldecirá? ¿Elegirá subir otro escalón o comenzará a caminar con el espíritu equivocado, incluso abandonando al Espíritu Santo? Dios ve lo que hacemos en privado. Tal vez usted no ha chismeado o difamado a una persona en público, pero Él todavía ve lo que decimos en secreto. Dios nos desafía. No se conforma con dejarnos en el estado en el que estamos ahora. Nos pondrá a prueba para abrir nuestros ojos a nuestro verdadero estado de ser. ¿Por qué? Es entonces cuando Él puede traer una oportunidad para el cambio y la promoción. Pero si no podemos controlar nuestras acciones y lenguas y nos volvemos necios, no subimos ni crecemos.

¿Está tratando de lastimar a alguien? ¿está tratando de vengarse? Tal vez usted está queriendo tomar represalias y empaquetarlo en oración para que se vea espiritual. Es sorprendente lo que las personas hacen cuando se enojan. Tal vez se sienta herido porque siente que le han hecho daño. La verdad es que todas las cosas que ocurren en nuestras vidas, cuando son entregadas a Dios, pueden ser trabajadas para nuestro bien si elegimos ser amados por El. (Romanos 8:28)

Santiago escribió que nuestras lenguas tienen el poder de destruir vidas, y tal vez las nuestras. Si nuestras palabras llevan el fuego del infierno, nos quemaremos en el proceso.

Santiago 3: 5-6 Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa! También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida.

La próxima vez que se sienta ofendido por algo o le den ganas de decir cosas que no debe, reconozca que es una oportunidad de ser más como Jesús. En la escuela de Dios si reprobamos; seguimos pasando la prueba una y otra vez hasta que la aprobamos.

Santiago 3: 9-12 Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada? Hermanos míos, ¿acaso puede dar aceitunas una higuera o higos una vid? Pues tampoco una fuente de agua salada puede dar agua dulce.

Con amor y oraciones,

Fuente:
Magie de Cano

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