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A Dios le encantan los procesos

Cuando Dios pone algo en su corazón no todo el mundo va a comprender la visión que Dios ha dado, o el proyecto que Dios ha puesto en su corazón y si tú lo compartes con gente inadecuada de poca fe, lo que van a hacer es que te van a matar el sueño de Dios en tu vida. Tenemos que tener mucho cuidado con quién compartimos los grandes sueños y las grandes visiones milagrosas que tenemos en nuestro corazón.

La gente nos puede ayudar hasta cierto punto y son necesarios, tenemos que buscar aliados y la cooperación de otros pero tenemos que tener también una dimensión privada, una dimensión donde nos encerramos con la gente que verdaderamente está viviendo nuestro drama y que cree en el Dios poderoso en el que nosotros creemos, y usarlos a ellos para fortalecer nuestra fe, para que oren con nosotros, pare que nos animen en la visión que Dios nos ha dado. Porque cuando pasamos el tiempo tratando de convencer a los que no creen en la legitimidad o la validez de nuestras visiones muchas veces perdemos tiempo y lo que hacemos es que desperdiciamos preciosas oportunidades para concentrar nuestra energía en lo que verdaderamente importa.

Hay otra cosa acerca de este milagro y es que hay mucho proceso involucrado en ello. Se toma tiempo, se toma esfuerzo, hay que buscar vasijas por todas partes, hay que transportarlas y traerlas a la casa.

Y entonces dice que Eliseo le dice a la mujer: «Enciérrate tú y tus hijos y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena ponla aparte.» Dice el versículo 5 de Segundo de Reyes 4 que: «Se fue la mujer, cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos, y ellos le traían las vasijas, y ella echaba el aceite.»

¿Ve usted esto que hay como? la Escritura en este caso se toma tiempo en describir todo el proceso, todo lo que involucra porque a Dios le encantan los procesos. Muchas veces los milagros no se van a dar en una forma fulminante, Dios se va a tomar tiempo. A veces la sanidad física de la cual estamos pidiéndole al Señor va a venir a través de un proceso, inclusive Dios puede usar hasta a los médicos o puede usar una sanidad gradual, o puede usar una sanidad parcial.

Muchas veces los milagros que el Señor Jesucristo hizo como el caso del ciego que le untó lodo con tierra y saliva, y cuando la primera aplicación el ciego dice que el Señor le preguntó: bueno ¿qué ves? y dijo: bueno veo a los hombres que se mueven como si fueran árboles, y vió que le faltaba otra vuelta más al milagro, y entonces volvió a orar por él, y entonces el hombre vió claramente. A veces los milagros del Señor son así, son graduales, son paulatinos y tenemos que tener la fe para seguir buscando, seguir pidiendo hasta que Dios haga Su obra completamente.

Dios es un Dios de milagros y a veces Su visión es de largo plazo. Cuando el Señor entra a los hebreos en la Tierra Prometida tuvieron que pelear muchas batallas. Vemos allí en los Libros del Éxodo y de Josué cuánto tiempo se tomó para limpiar Canaán de las tribus enemigas y Dios no las quitó totalmente tampoco. Dios a veces mataba a las fieras poco a poco, las iba sacando poco a poco según los judíos iban ocupando el lugar porque Dios tenía su estrategia también que quería, o mejor dicho no sacó a las tribus enemigas totalmente para que no se despoblara la tierra y fuera llenada por fieras salvajes, los iba sacando poco a poco, fueron ganando batallas poco a poco porque es que Dios tiene Sus planes.

Yo digo que Dios obra sobrenaturalmente muchas veces naturalmente a través de la naturaleza, a través de los procesos humanos, a través de intervenciones. Miren cómo Dios ha obrado a través de siglos y siglos para llevar a cabo Su plan salvífico usando la historia, usando los hombres, usando las naciones, usando los eventos políticos y económicos para llevar a cabo Su proceso.

Los hijos de Dios que son inteligentes y discernidores entienden que muchas veces los procesos de Dios son largos, son complejos, son hasta tediosos. Imagínese esta mujer cada vez que le traían una olla tenía que echar aceite, tenía que tener la paciencia para creerle a Dios y tenía que seguir instrucciones también, tenía que ser obediente, el profeta de Dios le dió unas instrucciones bien claras. Vayan, busquen ollas, tráiganlas, enciérrense, entonces viertan el aceite uno a uno, todo esto tenía que ser parte de un proceso.

Inclusive el número de ollas que ella trajo determinó la magnitud del milagro. Qué interesante esto ¿no? que cuando se terminaron las ollas todas llenas de aceite cesó el fluir milagroso del aceite. Yo me imagino que esta mujer si hubiera entendido lo limitado que estaba el milagro de Dios al número de ollas que ella consiguiera yo creo que hubiera ido a otros países a buscar ollas prestadas para tener más aceite todavía.

¿Cuántas veces nosotros limitamos a Dios, de paso, porque nuestra visión es estrecha? Dios quiere bendecirnos en maneras grandes y extraordinarias y nuestra visión es estrecha, y entonces Dios se ciñe al ámbito y a la amplitud de nuestra visión. No le pongamos trabas a Dios, no limitemos a Dios por nuestra falta de fe, concibamos cosas grandes y cuando Dios nos dice: Lánzate, mire, láncese con todo lo que usted tenga, métale toda la leña que usted pueda a todo el fuego que Dios ha de encender en su vida porque quizás Dios quiere hacer algo absolutamente extraordinario mucho más allá de lo que usted se atreva a pensar.

Esta mujer recibió su milagro por medio de su diligencia, su obediencia y su paciencia también de ver esto desarrollándose poco a poco, así mismo nosotros también necesitamos ese tipo de fe persistente y ambiciosa, y a largo plazo. Dios te bendiga, hasta nuestra próxima meditación.

Fuente:
Apóstol Roberto Miranda

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