Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas. Isaías 54:2-3
El pasado 22 de septiembre entramos al nuevo año 5786 en el calendario hebreo. El número 6 está representado por la letra VAV cuyo símbolo pictórico es un clavo, estaca o gancho; y su significado y función principal es ser una conexión. Un gancho mantiene dos cosas juntas, o unidas. También un medio para conectar lo espiritual y lo físico. Cada año las voces proféticas se apartan y buscan revelación del Señor para el año venidero. De acuerdo al significado de VAV el año 2026 es un año de expansión, dominio, multiplicación y conexión, donde el cielo y la tierra se «conectan» de maneras innovadoras. La clave en este tiempo es la fe.
Juan 1:51 NTV Y agregó: Les digo la verdad, todos ustedes verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre, quien es la escalera entre el cielo y la tierra
El Señor dice:
Al entrar en el año 5786, ten la certeza: el ancla de Mi amor, de Mi pacto, nunca te soltará, aun en medio de tormentas fuertes e inesperadas sacudidas. En este nuevo año no confíes en tus propias fuerzas ni en lo que te funcionó antes. Lo que antes te sostiene no necesariamente te sostendrá en la tormenta que viene. Aférrate a mí y Yo te informaré como una estaca en un lugar seguro. Jamás soltaré tus manos. Te levantaré hasta que la tormenta pase. Quiero ser tu escondite, tu refugio, la estaca que te estabiliza en Mi presencia. A pesar de los vientos fuertes, permanecerás firme; Yo te sostendré y te aseguraré en las promesas de Mi pacto. No será así con los malvados; verás cómo sus estacas son arrancadas y su legado removido, pero Mi pueblo será inconmovible, inamovible y firmemente anclado.
Este es un año de conexión; lo que se ha declarado sobre ti en el Cielo será revelado en la tierra. Este será el año para experimentar el poder de Mi nombre, «Elohim». Observa cómo quitaré las estacas de estructuras corruptas y silenciar voces falsas. Estoy levantando la tienda de Mi pueblo. Aun en medio de la persecución continua y del aumento de mártires, sus tiendas no serán arrancadas y sus estacas no serán removidas. Mi justicia silenciará el espíritu de intimidación y establecerá a Mi pueblo en la seguridad del pacto.
Este es el año en que usaré tormentas y vientos fuertes para ensancharse, estirarse y fortalecer tus estacas. El enemigo intentará arrancar tus anclas de pacto; en cambio, Yo las fortaleceré, creando espacio para crecimiento, expansión y cosecha. Pondré anzuelos en las quijadas del enemigo, arrastrando a sus legiones a conflictos que revelarán Mi soberanía y autoridad judicial sobre las naciones. Espera que las alianzas globales y las guerras se intensifiquen, pero reconoce que Yo estoy orquestando estos eventos para mostrar Mi santidad a las naciones. Estoy posicionando a las naciones para mis propósitos.
Estoy liberando Mis estacas divinas. Observa: mientras todo se sacude, tú permanecerás inconmovible, porque estás anclado en Mí, y llenaré este año con Mi gloria. Este es el año para aferrarte a Mí más que nunca. Yo soy tu verdadera estaca y ancla: un ancla fuerte y confiable para tu alma. Yo soy la estaca del pacto. Los que permanecen en Mí no serán movidos. Cuando las tormentas se levanten y las estructuras cambien, aférrate a Mí así como Yo me aferro a ti. Esta es Mi promesa: serás inconmovible y lograrás más allá de tus sueños más grandes.” (Una palabra profética de Yvon Attia)
Hebreos 6:18-20 NTV Así que Dios ha hecho ambas cosas: la promesa y el juramento. Estas dos cosas no pueden cambiar, porque es imposible que Dios mienta. Por lo tanto, los que hemos acudido a él en busca de refugio podemos estar bien confiados aferrándonos a la esperanza que está delante de nosotros. Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma; nos conduce a través de la cortina al santuario interior de Dios. Jesús ya entró allí por nosotros. Él ha llegado a ser nuestro eterno Sumo Sacerdote, según el orden de Melquisedec.
con amor y oraciones,
