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1.600 Biblias en más de 1.900 lenguas. “La civilización occidental se edifica sobre el cristianismo, ¡y sus cimientos son la Biblia!”, expresa el coleccionista Pere Roquet.

CaixaForum Madrid acoge desde el 27 de junio hasta el 1 de septiembre una exposición de Biblias con 1.600 ejemplares procedentes de más de 170 países diferentes. El acceso a la exposición es gratuito.

Más allá de su significado religioso, la colección permite valorar la diversidad lingüística mundial y la importancia de la Biblia para la conservación de estas lenguas. Algunos ejemplares son el único texto escrito en el idioma, e incluso hay lenguas ya muertas que también tienen su Biblia.

El coleccionista andorrano Pere Roquet ha ido reuniendo desde 1995 esta magna colección. Aquel año, Roquet visitaba el poblado de Lokori, en Kenia. Allí, el padre Franco Moretti, un misionero comboniano, le regaló un Nuevo Testamento escrito en turkana, una lengua nilótica oriental hablada por casi un millón de personas.

Dio comienzo entonces a esta labor que, a lo largo de prácticamente veinticinco años, le ha llevado a reunir ejemplares de la Biblia en más de 1.900 lenguas distintas (en un total de 1.593 volúmenes).

ROQUET: “EL CIMIENTO DE LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL”

Todas ellas se exponen ahora en CaixaForum Madrid, en una muestra de libre acceso que destaca las historias que se esconden tras las lenguas en las que están escritas. Además, la muestra se complementa con seis piezas audiovisuales, entre ellas un mapa de gran formato sobre las lenguas del mundo, dos vídeos a cargo del traductor y lingüista Gabriel López Guix y otro con declaraciones del propio Pere Roquet.

Roquet, católico, explica en una entrevista en La Vanguardia que la labor de traducción bíblica se ha impulsado principalmente desde el ámbito protestante en los últimos 500 años. “La civilización occidental se edifica sobre el cristianismo, ¡y sus cimientos son la Biblia!”, afirma Roquet, que considera la enseñanza de Jesús “revolucionaria”. “Dignificó a las mujeres, a los enfermos, a los pobres. Y eso ha mejorado mucho el mundo, mediante su traducción a tantas lenguas”, explica el coleccionista. “

La Biblia es a veces el único registro impreso que tiene una lengua. ¡De este modo queda fijada, aunque se extinga! En el 35% de estas 1.900 lenguas, ¡la Biblia es su único libro!”, expresa Roquet.

La colección, que hoy en día sigue aumentando, permite poner de manifiesto la importancia de este libro en relación con el patrimonio lingüístico y cultural, así como valorar la diversidad lingüística mundial.

EL LIBRO MÁS TRADUCIDO Y EDITADO DEL MUNDO

La Biblia se ha traducido a 3.350 idiomas distintos de los 7.111 idiomas existentes en el mundo. Es una cifra asombrosa si tenemos en cuenta que 3.116 de estas lenguas no tienen escritura. Algunas estimaciones calculan que se han editado más de 6.000 millones de ejemplares de la Biblia, lo que la convierte en el libro más editado de la historia. Y es un fenómeno que perdura: se estima que cada año se venden en el mundo 100 millones de biblias.

‘La Biblia. Un viaje por las lenguas del mundo’ arranca con la exhibición de la Biblia que inició la colección en 1995. A continuación se exponen algunas Biblias que nos hacen viajar al pasado, a las lenguas originarias: el hebreo y el griego. Así, por ejemplo, se muestra un ejemplar de la llamada Septuaginta o Biblia de los Setenta. Se trata de la traducción al griego que fue usada más tarde por los primeros cristianos. De ella proceden casi todas las citas del Antiguo Testamento presentes en el Nuevo Testamento, escrito íntegramente en griego.

Otra de las vitrinas confronta biblias de alcance global, como un ejemplar en esperanto, con ejemplares de comunidades aisladas, como la Biblia en alemán de Pensilvania, una variedad altogermánica hablada por las comunidades protestantes de amish y menonitas en el nordeste de los Estados Unidos y en Canadá.

TODAVÍA CENSURADO Y PERSEGUIDO

Destacan algunos ejemplares que nos permiten conocer cómo es leer los textos sagrados en la clandestinidad. En este sentido, se exhibe un ejemplar de la Biblia de Corea del Norte, donde el cristianismo es perseguido. En este país, poseer una Biblia conlleva la pena de muerte, pero algunos ejemplares logran llegar al país desde la vecina Corea del Sur atados en globos equipados con dispositivos GPS. Estos libros son pequeños y ligeros para facilitar su transporte y no llevan título alguno en la portada para pasar inadvertidos.

La muestra se detiene a continuación en las Biblias escritas en lenguas minoritarias, extinguidas o en peligro de extinción (especialmente en el Pacífico o en el África subsahariana). Es el caso de un ejemplar en idioma yagán, que cuenta en la actualidad con una única hablante nativa, Cristina Calderón, de 91 años, último testimonio vivo de la lengua y la cultura yagán. También se exponen dos Biblias en manés –la lengua celta de la isla de Man (mar de Irlanda)- y en itelmen –idioma de la península rusa de Kamchatka-, dos casos de lenguas prácticamente extinguidas pero con esperanzas de revitalización gracias a los esfuerzos que se están llevando a cabo, especialmente en el ámbito de la escolarización.

La muestra finaliza con algunos ejemplares que documentan los esfuerzos por adaptarse a la diversidad. Se pueden contemplar ejemplares en lenguas de signos y en braille. Asimismo, la Biblia se ha adaptado en los últimos años a los nuevos formatos tecnológicos, los nuevos lenguajes y las nuevas formas narrativas. Buena prueba de ello son los libros expuestos en forma de cómic, de manga japonés y con la estética del videojuego Minecraft.

Fuente:
protestantedigital

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