Muere a los 99 años uno de los reverendos más influyentes de la historia de EE UU, movilizador de masas y asesor de presidentes.
El predicador evangélico estadounidense Billy Graham murió este miércoles a los 99 años en su casa de Montreat, un pueblo de Carolina del Norte. Confidente de Richard Nixon, consejero espiritual de George W. Bush y cercano a Bill Clinton, entre otros muchos presidentes, Graham ha sido uno de los pastores más influyentes de la historia de Estados Unidos.
La edad, el cáncer de próstata y la enfermedad de párkinson le retiraron hace más de una década de los púlpitos, de aquellos sermones multitudinarios que él llamaba cruzadas y le revelaron desde muy pronto como un hombre tremendamente carismático, también muy anguloso, con una lista considerable de admiradores y críticos.
El predicador Billy Graham congrega a 250.000 personas en Nueva York. William Franklin Graham Jr. fue el hombre que defendió la guerra de Vietnam, quien pagó una vez la fianza de Martin Luther King y quien ha rezado con todos y cada uno de los presidentes de Estados Unidos desde Harry Truman hasta Barack Obama.
Un portavoz de la Asociación Evangélica que lleva su nombre confirmó que la muerte le había llegado a las 7.45 de la mañana de este miércoles, hora local (seis horas más en la Península). Nació en 1918 en el seno de una familia de granjeros y comenzó su carrera como predicador en los suburbios de Chicago. Su fama empezó a lograr alcance nacional a partir de los años cincuenta, con una primera gran cruzada en Los Ángeles (1949) y otra que celebró en el Madison Square Garden de Nueva York en 1957 y que le consagraría como una estrella.
Alto y bien parecido, Graham era un comunicador nato, arrollador. Hasta 215 millones de personas asistieron a los más de 400 sermones que pronunció a lo largo de su vida en todo el mundo. Fue también prolijo en sus apariciones en televisión y publicó más de una treintena de libros.
Hay que pensar en lo presente que la religión está en la política estadounidense, donde las referencias a Dios son frecuentes en los discursos de republicanos o demócratas, para entender la relevancia de Graham. Fue tal la influencia que llegó a lograr a lo largo de su carrera que hubo quien le llegó a considerar “el evangelizador más poderoso desde Jesús”, en palabras del profesor de sociología William Martin de 2002 que este miércoles recordaba The Washington Post.
A Bush hijo le ayudó a superar el alcoholismo y fue responsable del renacer religioso del republicano. De sus conversaciones con Nixon, recogidas en cintas depositadas en el Archivo Nacional, provienen algunos de los grandes claroscuros del personaje, como unos comentarios antisemitas de los que se acabó disculpándose años después.
En una declaración hecha pública tras la muerte del presidente, coincidía con el republicano en que los judíos de izquierdas estaban controlando los medios de comunicación. “Son los que están publicado cosas pornográficas”, decía, “hay que romper ese dominio o el país se va por el desagüe”.
Fue también muy entusiasta tanto en su defensa de la guerra de Vietnam como en sus críticas a las movilizaciones en contra, y su apoyo a la lucha por los derechos civiles, más discreta en los inicios, se tornó más explícita y decidida con los años. En 1957 Martin Luther King le acompañó en una de sus cruzadas en Nueva York y tres años después, cuando King fue arrestado en una manifestación en Albany (la ciudad capital del Estado de Nueva York), el predicador fue quien pagó la fianza.