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La fe


Nosotros antes de llegar al conocimiento de Cristo, por el pecado original, la imagen con la que fuimos creados, que fue a la imagen y semejanza de Dios se distorsionó tanto que no éramos capaces de hacer nada bueno por nosotros mismos. No éramos capaces de hacer nada bueno, pero para la Gracia salvadora de Cristo hoy somo diferentes y debemos de anhelar tener más fe cada día en Cristo Jesús para poder crecer espiritualmente y así vivir una vida que agrade a Dios.

¿Realmente cómo es que llegamos a tener fe?

Efesios 2:8 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”

Como vemos hay un inicio de la fe, que ni siquiera nace en nosotros sino que es un don de Dios.

El tener fe es un proceso, nadie tendrá ninguna fe desde el principio. Según los dice Pablo en la epístola a los Efesios. Pero hay una fe inicial, que ni siquiera es nuestra, dice Pablo que es un don de Dios. Esta es la fe inicial, que la llamamos la fe salvífica. Pero esto solo es el principio. Pero después viene un proceso, cuando hemos recibido a Cristo como nuestro Señor, cuando hemos nacido de nuevo, empieza nuestro caminar en la fe. Veamos lo que dice Romanos.

Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

En consecuencia, la fe (viene) del oír el mensaje, y el mensaje es oído por medio de la palabra de Cristo.

De las muchas interpretaciones que existen de este pasaje, algunas de ellas muy complicadas, probablemente la mejor sea la que lo considera como una conclusión que resume lo anterior. ¿No apuntan en esa dirección las palabras iníciales “En consecuencia”? Entonces, lo que Pablo dice es que la fe en Cristo presupone el haber oído la palabra que procede de Cristo y que trata de él. Y aquí hay una palabra, en el original, que ha sido recientemente usada (v. 16) en el pasivo—“lo que fue oído”—y que es usada ahora en el sentido activo: oír el mensaje.

La gran importancia que Pablo le daba al oír nos recuerda inmediatamente a Jesús. En toda la enseñanza de Jesús, tanto en la tierra como desde el cielo, sería difícil descubrir alguna exhortación que él repitiese con mayor frecuencia, de una u otra manera, que aquella que tiene que ver con el oír; mejor aun: escuchar (Mt. 11:15; 13:9, 43; Mr. 4:9, 23; Lc. 8:8; 14:35; Ap. 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22; 13:9). Añádanse 8:18 en Marcos y Lucas”.

  1. ¿Qué es la fe?

fe, oir la palabra de Dios, sin fe es imposible agradar a Dios

Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.

Ahora bien, la fe es estar seguro de lo que esperamos y estar cierto de lo que no vemos. Al estudiar este versículo, notemos los siguientes puntos:

La Fe. La palabra fe en el Nuevo Testamento tiene muchas acepciones. Por ejemplo, cuando los cristianos judíos, a quienes Pablo había intentado destruir, hablaron de su fe en Cristo, dijeron:

El hombre que anteriormente nos perseguía predica ahora la fe que una vez trató de destruir. Gal. 1:23

La fe es en este caso una confesión, algo muy parecido a nuestra manera de llamar al Credo Apostólico “los artículos de nuestra fe cristiana”. Sin embargo, este no es el significado de la fe que quiere transmitir el escritor de Hebreos.

Para los evangelistas que escribieron los Evangelios, Jesucristo es el objeto de la fe. Juan resume este énfasis al afirmar el propósito de su Evangelio, a saber:

Para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre. Jn. 20:31

También Hechos demuestra que en el primer siglo, “una fe personal de Jesús era el sello distintivo de los cristianos primitivos”

Vemos aún otro aspecto de la fe en el énfasis que Pablo pone en la apropiación, es decir, en reclamar para uno mismo la salvación en Jesucristo. Pablo sostiene que Dios restauró la situación del pecador con él por medio de la fe:

“Esta justicia de Dios viene por medio de la fe en Jesucristo a todos los que creen” (Ro. 3:22).

Y Pablo explica que la fe viene de oír la proclamación de la Palabra (Ro. 10:17).

El escritor de Hebreos reconoce estos aspectos de la fe que otros escritores del Nuevo Testamento especifican. Sin embargo, su uso del concepto fe debe ser entendido primordialmente en el contexto del capítulo once de su epístola. Los héroes de la fe tienen una cosa en común: ponen su total confianza en Dios. A pesar de todas sus pruebas y de sus circunstancias difíciles, ellos triunfaron por su confianza en Dios. Para el escritor, tener fe es apegarse a las promesas de Dios, depender de la Palabra de Dios, y permanecer fiel al Hijo de Dios. Si consideramos el capítulo once dentro del contexto de Hebreos, se evidencia la intención del escritor de contraponer la fe al pecado de la incredulidad (3:12, 19; 4:2; 10:38–39). Frente al pecado de caer y apartarse del Dios viviente, el escritor coloca directamente la virtud de la fe. 343 Los que se niegan a poner su confianza en Dios son destruidos, pero los que creen son salvados (10:39).

La seguridad.

¿Qué es la verdadera fe? En 1563 un profesor alemán de teología, Zacarías Ursino, formuló su fe personal en los siguientes términos:

La verdadera fe creada en mí por el Espíritu Santo por medio del evangelio—no es solamente un firme conocimiento y convicción de que todo lo que Dios revela en su Palabra es cierto, sino también una certeza profundamente enraizada que no solamente a otro, sino también a mí, me han sido perdonados los pecados, que he sido reconciliado por siempre con Dios, y que se me ha concedido la salvación.

Estos son dones de pura gracia obtenidos para nosotros por Cristo.

La certidumbre. Si bien esta breve declaración acerca de la fe consiste de solamente dos frases, las mismas están perfectamente equilibradas. Nótese la estructura:

Estar seguro estar cierto de lo que esperamos de lo que no vemos.

En suma, la seguridad está equilibrada por la certidumbre. Estos dos sustantivos son sinónimos en este texto. La certidumbre significa, entonces, “una convicción interna”. El creyente está convencido de que las cosas que no puede ver son reales. Sin embargo, no toda convicción es igual a la fe.

¿Cómo incrementar nuestra fe?

Santiago 1:2-7 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.

Para tener fe es necesario que tengamos problemas, porque solo así vamos a experimentar la necesidad de pedirle a Dios sabiduría para salir de nuestros problemas, pero Santiago nos da la clave para lograr la fe necesaria, no es posible llegar tener fe de la nada. Solamente aquel que ha pasado por un desierto, por un problema grande, después de haber padecido mucho, después de haber sido zarandeados por el enemigo y ha sido puesto a prueba, como el caso de Job, de Abraham, va tener que llegar a desarrollar su fe.

La fe siempre ha sido la marca de los siervos de Dios desde el comienzo del mundo. Donde el Espíritu regenerador de Dios implanta el principio, hará que se reciba la verdad acerca de la justificación por medio de los sufrimientos y los méritos de Cristo.

 La fe que salvará nuestras almas. La fe en Jesús.

1Pedro 1:6-9 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, 8 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; 9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

Esta es la única forma de incrementar nuestra fe.

Si usted ha leído este mensaje y necesita esta fe salvadora, le invito a recibir a Cristo como su Señor y salvador personal.

Fuente:
Pastor José Alberto Vega

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