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¿Cómo y a quien ofrendamos?

Miguel A. Matos

En el mes de enero del 2015 tuve la oportunidad de visitar una iglesia cristiana en el Estado de Washington, Estados Unidos, y observe’ como pastores manipulaban sicologicamente a los miembros de esa congregacion a diezmar y al mismo tiempo les prometian que tras aportar ese dinero iban a ser prosperados economicamente por Dios.

Las ovejas tras la exhortacion del pastor iban mansamente y depositaban su dinero con gran fervor y esperanzados de que serian bendecidos porque estaban sembrando para Dios. Por cierto era una congregacion grande y la cantidad de dinero recaudado fue apreciable, producto de la manipulacion, citando textos del Antiguo Testmento en los que se les pedia al pueblo de Israel a diezmar de los frutos de la tierra, del ganado vacuno y de ovejas.

Y de una manera muy personal pude conocer de cerca lo que actualemente se estila como el evangelio de la prosperidad, haciendo parecer que diezmar es tambien importante para la salvacion de los creyentes y mantener una efectiva comunion con Dios. Durante el servicio ni al final del mismo se dio cuenta de la cantidad de dinero recogido.

Sin embargo, los santos de la iglesia de Dios estamos llamados a ofrendar de forma voluntaria, conforme a la medida de nuestra prosperidad economica, sin exigirle diezmo a nadie, ya que Dios ama al que da con alegria y de forma voluntaria. Dice 2 Corintios 9:7 “Cada uno de como propuso en su corazon: No con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”.

El dinero recaudado en las iglesias cristianas no es para pagar a un ministerio pastoral, ni para comprar edificios suntuosos, ni para pagar viajes costosos a los supuestos “ungidos” o “evangelistas”, sino unicamente para ayudar a los hermanos en la fe necesitados.

En Rom. 15:25-26 Pablo dice: “Mas ahora voy a Jerusalen para ministrar a los santos. Porque Macedonia y Acaya tuvieron bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que estan en Jerusalen”. 1 Cor. 16:1-3: “Cada primer dia de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según vaya prosperando, guardandolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrenda. Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a estos enviare para que lleven vuestro donativo a Jerusalen”.

Los que no admiinistran bien el dinero de la ofrenda, como lo esablece la Palabra de Dios, han pervertido su verdadero significado, tal como se practicaba en el siglo primero, y se han corrompido en la fe. Dios no necesita el dinero de nadie para que el Evangelio sea dado a conocer al mundo, porque el mismo es poder de Dios, como dice en Rom. 1:16.

Por lo tanto, la verdadera ofrenda es la que se utiliza para los cristianos que padecen necesidad, es decir, la que constituya una manifestacion de amor hacia los hermanos en la fe, que pasan por tribulaciones y necesidades economicas o alimentarias.

La doctrina iglesiera de que hay que ofrendar para poder predicar el Evangelio, o para pagar sueldos lujosos a los “supuestos ministros de Dios” es por tanto una aberracion y un engano de Satanas, con el fin de pervertir el verdado significado de la ofrenda cristiana, y para que esos impostores se lucren y vivan a costa del dinero de otros.

Creemos firmemente que “los pastores” o “ministros de Dios” que exigen el diezmo a sus feligreses son asalariados, es decir, falsos pastores (Juan 10:12). Estos ejercen su “trabajo pastoral” para conseguir un salario con el cual mantenerse el y su familia, o simplemente para enriquecerse economicamente y vivir lujosamente a costa del dinero sacado a los pobres ignorantes que han caido en las redes de esos religiosos.

El apostol Pablo dijo que esos falsos pastores son ”corruptos de entendimiento, y privados de la verdad, tomando la piedad como fuente de ganancia” (1Tim. 6:5).

Miguel A. Matos


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